Celebración día de Muertos, Cultura Mexicana

sábado, 23 de abril de 2011

Extrañas Tradiciones del Mundo (Parte 4)

Geishas
Una geisha (芸者) es una artista tradicional japonesa. Las geishas fueron bastante comunes en los siglos XVIII y XIX y en la actualidad existen pero su número ha disminuido notoriamente.


Las geishas se originaron como profesionales del entretenimiento y al principio la mayoría eran hombres. Mientras las cortesanas profesionales brindaban entretenimiento sexual, las geishas usaban sus habilidades en distintas artes japonesas como música, baile, y narración.

En cierta época las geishas fueron abundantes en número. En el año 1900 hubo más de 25.000 geishas y a principios de los años 1930 había 80.000 geishas. La mayoría de geishas estaban en Kioto, la antigua capital de Japón. Hoy en día, hay menos de 10.000 geishas, en Tokio por ejemplo hay sólo 100 geishas. Sin embargo, la geisha original es mucho más rara.

Históricamente, los geishas masculinos comenzaron a declinar, y para el año 1800 las geishas femeninas los superaron en número en una proporción de tres a uno, y el término "geisha" comenzó a usarse para referirse a las mujeres con habilidades para el entretenimiento, como en la actualidad.

Tradicionalmente, las geishas comenzaban su entrenamiento a una corta edad. Algunas jóvenes eran vendidas a las casas de geishas en su niñez y comenzaban su entrenamiento en varias artes tradicionales casi inmediatamente.


Durante su niñez, las geishas a veces trabajaban como criadas o asistentes de las más experimentadas, y luego como aprendices de geisha durante su entrenamiento. Esta tradición de entrenamiento existe en otras disciplinas de Japón, el estudiante deja su hogar, comienza a hacer trabajos hogareños y asistir a su maestro, para finalmente convertirse en uno.


Ablación del clítoris
La ablación de clítoris o mutilación genital femenina es la amputación o eliminación de tejido de cualquier parte de los genitales femeninos por razones culturales, religiosas o cualquier otra no médica.


Una de las principales finalidades de esta práctica es evitar que la mujer sienta placer sexual para que así pueda llegar virgen al matrimonio, puesto que si no es de ese modo, la mujer puede ser rechazada. También se realiza para evitar la supuesta promiscuidad de la mujer y asegurar que solamente tenga hijos con el marido.

El ritual de iniciación en origen es realizado a niñas de algunos países de África, Oriente Medio y otros. La costumbre es de procedencia incierta, pero hay algunas versiones que afirman que comenzó en el antiguo Egipto y a partir de allí se extendió a África. Aunque se localiza sobre todo en la zona centro-africana, esta práctica no se limita al continente africano, pues se sabe que también es llevada a cabo en varios países de Asia, América, Australia e incluso Europa.


Practicada en muchos casos como rito de iniciación a la edad adulta, actualmente este motivo está perdiendo fuerza debido a la prohibición de su realización en muchos países. En algunos casos se recurre a tradiciones religiosas para argumentar en su favor, pero lo cierto es que este tipo de mutilación está prohibido en el Islam y en el cristianismo.

La pérdida casi total de sensibilidad es la principal consecuencia para las afectadas, con el añadido trauma psicológico. Hay mujeres que mueren desangradas o por infección en las semanas posteriores a la intervención, ya que se realiza casi siempre de manera rudimentaria, a cargo de curanderas o mujeres mayores, y con herramientas no muy ortodoxas como cristales, cuchillos o cuchillas de afeitar y nunca en centros sanitarios.

miércoles, 20 de abril de 2011

Extrañas Tradiciones del Mundo (Parte 3)

El concubinato
El término concubina generalmente se refiere a relaciones matrimoniales en curso donde la mujer es de menor posición social que el hombre o que la esposa o esposas oficiales. Dentro de la historia de Asia y Europa había dirigentes que tenían tanto concubinas como esposas.

                                          Concubina asiática

Históricamente, el concubinato era frecuentemente voluntario a través de un arreglo con la mujer o con su familia, ya que proveía seguridad económica a la mujer involucrada. Además, el concubinato involuntario o servil implicaba algunas veces la esclavitud sexual de un miembro de la relación, generalmente la mujer, siendo una esclava de placer para el hombre.

En la antigua Roma y la antigua China, el concubinato era legal y tenía un comportamiento similar pero inferior al matrimonio. Caso contrario pasa con las leyes tradicionales del Occidente las cuales no le dan un estado legal a las concubinas, pues sólo admiten matrimonios monógamos.  Cualquier otra relación no cuenta con protección legal y la mujer es considerada simplemente como una amante.


El Funeral del cielo (entierro Tibetano)
Tibet ha sido bendecida con una gran extensión de tierra, pero la mayoría tiene una altura de más de 4.000 metros. El suelo es seco, rocoso y a menudo yace congelado por los fuertes inviernos que azotan la región la mayor parte del año. 

Éstas son algunas de las razones por las cuales los tibetanos desde hace siglos no entierran a sus muertos, ni los incineran, ni los lanzan al rio al estilo Indio sino que desarrollaron una práctica religiosa que va de acuerdo con sus tradiciones y creencias. Ésta práctica funeraria es llamada "entierro en el cielo". Al morir una persona, de inmediato llaman al Lama del monasterio local, quién tiene como misión ayudar al difunto a pasar por los 49 niveles del Bardo, o las fases que tiene que atravesar el alma después de morir para reencarnar en otra.


Entonces, los familiares se reúnen alrededor del cuerpo y rezan de igual manera, esperando una mejor transición hacia la muerte y una eventual reencarnación más próspera (tal vez en un monje o un lama). Después de tres días, que es el período donde el alma está pasando de una vida a la otra, envuelven al cuerpo en una especie de sábana blanca y lo llevan hacia alguna de las montañas sagradas donde particularmente se realiza ésta ceremonia.

El destino final del difunto es un campo repleto de banderas de oración, de pedazos de ropa hecha jirones, y de fragmentos de huesos en el suelo. Algunos miembros de la familia cargan el cuerpo y lo depositan sobre una roca blanqueada con cal. Otros miembros se arman de palos largos y forman una especie de perímetro sobre la piedra ceremonial con el fin de espantar y alejar de momento a las docenas de buitres, cuervos y halcones que son animados por el olor de carne en la cercanía. 


Luego entran los verdaderos maestros de ceremonia. Son dos o tres figuras altas y fuertes que vienen armados de cuchillos, hachas y martillos ceremoniales. La familia se retira un poco y uno de los maestros de ceremonia comienza a entonar algún mantra mientras los demás afilan sus herramientas en una piedra de amolar. De repente y sin tanta ceremonia, uno de ellos levanta su cuchillo y ayudado por el martillo, comienza a descuartizar el cuerpo del difunto. Primero extrae las vísceras que deposita en un cuenco para luego ser mezcladas con harina de cebada tostada o Tsampa ( alimento básico tibetano que consiste en una pasta de harina y mantequilla de yak). Luego sigue cortando las demás extremidades del cuerpo, lentamente. Y una vez termina su trabajo, hace una señal a los encargados de alejar las aves para que dejen de hacerlo.

Los seres queridos, guardando cierta distancia, siguen con la mirada las acciones que se presentan ante sus ojos. No hay señal de tristeza, ni de amargura, porque saben que el cuerpo es tan solo el envase del alma y en estos momentos, el envase está vacío. El alma ya está haciendo su viaje místico hacia la siguiente vida.

Entonces, los grandes buitres se avalanchan sobre los restos sanguinolentos del cuerpo del difunto y se dedican a satisfacer su básica necesidad de alimentarse. Pasados unos minutos, cuando ya están totalmente saciados, algunos emprenden el vuelo y otros se repliegan a descansar en las proximidades. Sobre el suelo solo quedan algunos pedazos de huesos ensangrentados y es allí donde entran los cuervos, halcones y otras aves que esperaban pacientemente, a terminar el trabajo.

Los parientes y seres queridos que presenciaron la ceremonia, comienzan a alejarse del sitio, dejando solo a las aves y a los maestros que eventualmente pulverizarán los restos de huesos y mezclaran con Tsampa, para que sean también consumidos por alguna otra ave hambrienta. Al salir éstos últimos, no quedará más rastro del ritual sino unas marcas de sangre y las cientos de banderitas de oración de papel que fueron lanzadas por sus familiares. 

Las últimas aves emprenden vuelo, llevándose al cielo los fragmentos de esa persona que pisó la tierra, y fue feliz, y sufrió, y comió, y amó, y eventualmente murió. Porque la energía no muere, no nace, sino que simplemente se transforma.

martes, 19 de abril de 2011

Extrañas Tradiciones del Mundo (Parte 2)

El satí
La palabra Satí hace referencia a diferentes significados de acuerdo a varias culturas pero en el ámbito del hinduismo, satí es el rito en el cual una mujer se quemaba en la pira de cremación de su marido. Satí fue una costumbre funeraria hindú que hoy en día es muy raro verla pues ahora es considerada un grave acto delictivo en la India, en la que la viuda del hombre muerto se tiraba a sí misma en la pira funeraria del marido con el fin de cometer suicidio.


La práctica del satí, en la mayoría de los casos, era de carácter voluntario pero en los últimos tiempos se ha debatió si la presión social podría hacer la inmolación como obligatoria, ya que para una viuda sin hijos, su vida carecía de incentivo. En otros casos, por el contrario, el deseo de una viuda de inmolarse era evitado por sus parientes.

Como la incineración del difunto se daba al día siguiente de su muerte, la viuda tenía que tomar la decisión rápidamente. Hay testimonios de casos en que la viuda era forzada a su muerte. Así como también hay representaciones gráficas de mujeres atadas en la pira apagada. Además, hay versiones en las que se cuenta que la viuda estaba drogada y otros casos de hombres que con palos impedían que la viuda intentara huir de las llamas.

Aunque la práctica del satí ha sido derogada legalmente en la India, las viudas continúan siendo cruelmente estigmatizadas y mientras que los hombres pueden volverse a casar, para las mujeres es prácticamente imposible, especialmente si son madres; además, una mujer en el momento en que enviuda pierde todas sus propiedades y derechos.

El duelo
Un duelo es un tipo formal de combate, como se ha practicado desde el siglo XV hasta el XX en las sociedades occidentales. Puede ser definido como un combate acordado entre dos caballeros, que utilizan armas mortales de acuerdo con reglas explícitas o implícitas que se respetan por el honor de los contendientes, acompañados por padrinos, quienes pueden a su vez luchar o no entre sí.

                                                     Duelo entre Samuráis

En general, y especialmente en las últimas décadas, un duelo es considerado un acto ilegal en la mayoría de los países. El duelo se desarrollaba por voluntad de una de las partes (el desafiante) para limpiar un insulto a su honor. El principal objetivo no era  matar al oponente, sino lograr "satisfacción", por ejemplo restaurando el honor propio al poner en juego la vida para defenderlo.

El término duelo se remonta al siglo XV en Europa y se refiere a ese tipo de contiendas. La palabra se deriva del latín “duellum”, el cual significa "guerra" y la etimología popular lo asoció al término "duo" (dos), resaltando el sentido de combate uno a uno.

El sacrificio humano
Muchas culturas antiguas practicaron el sacrificio humano con la finalidad de sosegar a sus dioses, matando a las víctimas en rituales religiosos. La práctica ha variado entre diversas culturas, en algunas como los Mayas y los Aztecas que eran notorias para sus matanzas rituales, mientras que otras han visto la práctica como primitiva. Las víctimas oscilaban desde delincuentes hasta niños e incluso mujeres vírgenes, que sufrieron ejecuciones tales como quemados vivos, decapitación, enterrados vivos, entre otros.

                                             Sacrificio humano de los Aztecas

Con el tiempo los sacrificios humanos se han vuelto menos comunes en todo el mundo, y hoy en día son muy raros. La mayoría de las religiones junto con las legislaciones actuales condenan la práctica y se trata como un asunto penal. No obstante, esta práctica es vista de vez en cuando, especialmente en las zonas menos desarrolladas del mundo, donde persisten las creencias tradicionales.

sábado, 9 de abril de 2011

Extrañas Tradiciones del Mundo (Parte 1)

En diferentes partes del mundo, han existido alguna cantidad de raras y bizarras tradiciones; unas más conocidas y otras no tanto. En este caso, hablaremos de algunas de de esas extrañas tradiciones que nos muestran hasta dónde puede llegar la barbarie del ser humano. Afortunadamente, muchas de esas tradiciones ya hacen parte de la historia. Entre algunas de las tradiciones más extrañas tenemos:

Los pies vendados de las mujeres chinas
Durante mil años, entre los siglos X y XX, las mujeres de la china fueron sometidas a una bizarra práctica que tenía como resultado la deformación de los pies. También era conocida como la práctica de “los pies vendados” y a la cual eran sometidas las mujeres a partir de los seis años de edad. Los pies eran vendados y apretados hasta el punto que no pudieran desarrollarse normalmente, dando lugar al rompimiento de los huesos y luego a su reformación. Hoy en día, es una frecuente causa de discapacidad vista en algunas mujeres chinas ancianas.


Esta deformación del pie también era conocida como el “pie de loto” y era considerada la parte más erótica del cuerpo de la mujer. Pero este vendaje de pies, el cual era el símbolo más característico de la identidad femenina en la china tradicional, fue prohibido en 1911 por causa, en gran parte, del desagrado del gobierno comunista.

La práctica en si consistía en que la madre primero le cortaba las uñas de los pies a su hija y luego, de acuerdo a una previa consulta astrológica, iniciaba la atroz costumbre ofreciendo pasteles de arroz a los Dioses para que estos permitiesen que los pies de su hija fueran tan suaves como esos pasteles para luego continuar rompiendo los cuatro dedos más pequeños de cada pie. Desde ese día y durante un periodo entre seis meses y dos años, la niña era sometida a un doloroso y drástico proceso de vendaje, manteniendo los dedos rotos  apuntando hacia el talón y fuertemente sostenidos con tiras de seda. El vendaje era retirado y renovado cada 2 días, consiguiendo así un pie de 10 a 12 centimetros. El proceso terminaba cuando el nervio se moría y la niña dejaba de sentir dolor. Para completar, los pies se ponían en remojo en una mezcla de hierbas y sangre animal para eliminar las posibles infecciones de la piel.

Automomificación 
Sokushinbutsu es el término para describir a los monjes budistas que se sometían a un proceso de momificación en vida. Este era un proceso lento y doloroso que se prolongaba hasta diez años o incluso más. Se tienen registros de que esta costumbre se practicó durante 900 años y aunque se podía hacer por métodos distintos, habían tres etapas básicas con una duración de mil días cada una.


En la primera fase el monje debía seguir una particular dieta en la cual reducía drásticamente la grasa corporal y evitaba la rápida descomposición de su cuerpo. En la segunda fase, la dieta era aún más limitada y se hacía através de bebidas de té las cuales le producían vómitos, sudor y orina constantemente mientras que reducía drásticamente los fluidos corporoales. Lo que se buscaba con esta segunda etapa era hacer venenoso el cuerpo contra los gusanos y escarabajos que tratarían de comerlo después de muerto. La tercera fase consistía en hacer un refugio subterráneo a tres metros bajo tierra para meter allí al monje en un ataúd y en posición de loto. 

Luego, se hacían oraciones y mantras mientras que el monje seguía respirando por medio de un tubo de bambú y hacía sonar una campanilla todos los días hasta el momento de su muerte. Entonces cuando la campana dejaba de sonar, los otros monjes le quitabán el tubo de bambú y enterraban al ascético por completo para esperar mil días más y luego desenterrarlo. La prueba de que el ritual se había hecho correctamente era que el cuerpo debía quedar íntegro y sin signos de descomposición y asi dar lugar a un ser momificado de forma natural.

Eunucos
Un eunuco es un hombre castrado. Este termino se utilizaba para referirse a los castrados con el fin de cumplir con una tradición social que era común en muchas sociedades del pasado.



En la antigua China la castración representaba primero un castigo tradicional (hasta la Dinastía Sui) y luego un medio de obtener un empleo en el servicio imperial, pués al final de la dinastía Ming ya habían 70.000 eunucos en el palacio imperial y el valor de este empleo era tan significativo, que algunos eunucos lograron un nivel de poder que podía reemplazar tranquilamente al del primer ministro. Es en este punto donde se consideró ilegal la autocastración y entonces el número de eunucos con empleos imperiales se redujo a 470 en 1912 ya que se dejaron de utilizar. 

De acuerdo a las investigaciones y estudios que hicieron algunos europeos en los siglos XIX y XX, esta práctica consistía en que el barbero primero envolvía el pene desde su base en conjunto con los testículos por medio de una venda común que amarraba fuertemente y lo cual producía un gran dolor. Luego le daba la forma de una especie de embutido y acto seguido, retorcía hacía un lado el paquete formado, cogía un cuchillo curvo y lo alzaba a distancia para un corte fuerte y veloz.